Llevo ya varias semanas usando este método y ha cambiado por completo la calidad de mi tiempo a solas con Dios. En el caso de mi mentora por la etapa de la vida en que se encuentra ella dura 2 horas orando y leyendo la Biblia y otros recursos. Es posible que para ti, al igual que para mí, 2 hora en la mañana sean algo imposible, por lo que te aconsejo que al leer estos pasos los pienses en función del tiempo del que dispones diariamente. 

1. Escribe tus oraciones a Dios 

Registra sus ansiedades y preocupaciones, y todo lo relacionado al día anterior.  Centrarme en ese lapso de tiempo de las últimas 24 horas me ha ayudado a darle estructura a mi tiempo devocional y a no ir saltando de idea en idea. En mi caso, también presento el día que tengo por delante, los compromisos que sé que enfrentaré en ese día. Confieso los pecados del día anterior y tengo un espacio de acción de gracias por Sus inmensas bondades. 

2. Leer la Biblia 

Cada año hay un plan diferente. «No importa el plan que sigas, lo importante es leer la Biblia diariamente». Si eres una hija de Dios necesitarás alimento espiritual, la Palabra de Dios ese alimento.  Algo asombroso es ver cómo Dios responde a las oraciones que acabamos de hacer a través de Su Palabra. 

3. Leer otros recursos

Seguir varios devocionales y usar un tiempo para avanzar en los libros que está leyendo. En mi caso en particular, algunos días leo uno, otros dos y algunos ninguno. Este paso es muy recomendado pero no es imprescindible. Puedes elegir un devocional de 30 días o uno de 1 año o quizás uno de acuerdo a alguna situación con la que estés lidiando. Otra opción es tomar un libro de capítulos cortos y leer un capítulo cada mañana. 

Estos tres pasos simples me han ayudado mucho a darle cierta estructura a mi tiempo devocional, la forma en que lo he adaptado a mí es agregado un cuarto paso.

4. Medita en la Palabra

«Lee «grande», medita «pequeño». 

Es decir, leer mucho de la Biblia y meditar en una porción pequeña. 

La forma en que yo medito en esa pequeña porción es ilustrándola en mi Biblia de Apuntes o en mi Diario Bíblico. Al ir por cada palabra y pensar en su significado me ayuda a retenerla en mi mente y a meditar en ella durante el día.